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Foto del escritorPatricia Álvarez González

DEPENDENCIA EMOCIONAL

Actualizado: 2 ago


Cuando piensas en dependencia emocional, ¿qué te viene a la cabeza? ¿Eres capaz de reconocer si existe en ti alguna situación de dependencia emocional frente a otras personas? Y la pregunta más delicada: ¿Crees que tienes tendencia a la dependencia emocional?


 

Índice de contenido:

-         Qué es la dependencia emocional

-          El mito de la independencia emocional: “no quiero ser dependiente, quiero ser totalmente independiente”.

-         Tipos de dependencia emocional

-         ¿Ser, no ser o cuestión de grado?

-       ¿Todos podemos llegar a ser dependientes emocionalmente?

-          ¿Qué puedo hacer para trabajar mis “impulsos de dependencia emocional”?

 

 

1.      QUÉ ES LA DEPENDENCIA EMOCIONAL


La dependencia es conexión. Conexión conmigo (mi autoestima, la valoración que tengo de mí, como me veo, lo capaz que me siento de cubrir mis necesidades) y conexión con los demás (como me relaciono, mis expectativas sobre los demás).

La dependencia emocional será sana o desadaptativa dependiendo de cómo sea esta conexión conmigo y con los demás, si es adaptativa será sana y si genera malestar será una dependencia patológica.

Vincularnos significa depender, contar con la otra persona, compartir, colaborar y gestionarnos juntos. En la dependencia saludable en pareja hay equilibrio entre mis necesidades y las del otro.

No siempre es fácil aprender a relacionarnos de una forma sana, depende de las experiencias personales, figuras de apoyo, aprendizajes en la infancia, entre otros muchos factores.

Cuando desarrollamos una dependencia sana, aprendemos a identificar, comunicar y cubrir nuestras necesidades, a regularnos emocionalmente y aprendemos sobre los demás y sobre cómo cuidarles. Por otro lado, en la dependencia emocional patológica, se ven relaciones que tienden a mostrar patrones disfuncionales generando malestar.

La dependencia emocional patológica no solo se da en parejas, sino también en otro de relaciones. En este artículo nos centraremos en la dependencia emocional en pareja.


 

2.      EL MITO DE LA INDEPENDENCIA EMOCIONAL: “no quiero ser dependiente, quiero ser totalmente independiente”.


Imagina a una persona que no se relaciona con nadie, que no tiene vínculos afectivos, que no se apoya en los demás, ni está disponible para compartir aspectos de su vida con los demás.

¿Te parece la personificación de la salud emocional y el bienestar en pareja? No lo creo.

Existe la dependencia emocional patológica, pero lo contrario a dependencia emocional patológica no es la independencia emocional. Lo contrario es la dependencia emocional sana, el equilibrio en nuestras relaciones con los demás y con nosotros o nosotras mismas.



3.      TIPOS DE DEPENDENCIA EMOCIONAL


Podemos resumir los tipos de dependencia emocional en 4 y para entenderlos mejor vamos a explicarlos sobre ejemplos:

La dependencia emocional adaptativa

Ejemplo: Cecilia tiene pareja desde hace un año, se siente a gusto y disfruta del tiempo en pareja y de su tiempo para ella. Aunque ella y su pareja discuten de vez en cuando, suelen escucharse y llegar a acuerdos conjuntamente. Cecilia siente que puede contar con su pareja y ambos confían en que la relación es un espacio que les proporciona la seguridad necesaria para evolucionar, tanto individualmente como en pareja.

Cecilia puede gestionar sus emociones, tiene una autoestima sana, se siente segura y comparte su vida y sus emociones, apoya y se apoya en su pareja, que llega a acuerdos y cubre sus necesidades sin pasar por encima del otro, además es autónoma y tiene vida más allá de la pareja. Por supuesto le importa su pareja y depende de esta, ya que comparten su vida, pero se vincula de forma sana.

Patrones sumisos de dependencia emocional

Ejemplo: Juan lleva unos meses con su pareja, todo parece ir bien en la relación, se entienden y disfrutan de actividades juntos. No sabe por qué, aunque todo vaya bien entre ellos, muy frecuentemente piensa que lo abandonará. Estos pensamientos le generan mucho malestar, por lo que intenta no molestar a su pareja, no discutir y adaptarse a todo lo que le propone.

Juan busca constantemente estar en relaciones de pareja, sufre temor por ser abandonado, no atiende sus necesidades personales ni las expresa y está centrado en complacer a su pareja.

Juan cuida la pareja, pero se olvida de sí mismo cuando está en relación, por lo que suele tener sentimientos de frustración y hace demandas constantes de atención a su pareja.


Patrones evitativos de dependencia emocional

Mari Sol aprecia enormemente su independencia, por este motivo, cada vez que empieza a quedar con alguien, teme perder su libertad y empieza a sentirse incómoda al notar que la otra persona demanda más implicación por su parte. Esto hace que Mari Sol cada vez se muestre más distante en sus relaciones.

Mari Sol, se siente invadida y se distancia de sus parejas.

Estos patrones se sienten incómodos en la proximidad e intimidad. Parecen regularse bien emocionalmente, cuando en realidad lo que hacen es evita o suprimir la experiencia emocional ya que no toleran bien las emociones desagradables. Tienen dificultad para confiar en los demás y temen perder su libertad por lo que suelen basar su autoestima en el rendimiento y los logros.

Patrones dominantes de dependencia emocional

Carlos tiene muy claro lo que espera de su pareja, y no duda en dejarlo claro. Comenta a menudo que no tiene ningún problema para pasar página si sus parejas no cumplen sus expectativas. Sin embargo, Carlos suele estar muy pendiente de las cosas que hace su pareja y con quién las hace. Si en algún momento interpreta que su pareja está algo más distante, demanda tiempo y atención exclusiva para él.

Aunque parece que Carlos se comunica, es tajante y busca dominar la relación según sus criterios. Muestra temor por ser controlado o rechazado.


 


Es importante recalcar que los patrones de dependencia emocional patológica no son inamovibles, ni tienen una causa única.


 

4.      ¿SER, NO SER O CUESTIÓN DE GRADO?


Ser dependiente emocional es una cuestión de grado. Todos estamos expuestos a serlo en algunos momentos o en algunas relaciones de pareja.

Te propongo un ejercicio pensando en tu pareja (o ex pareja o modelo de pareja):

Dibuja una línea horizontal en un papel señalando el punto central de la línea, será la zona de equilibrio emocional.

En el lado izquierdo de la línea, pon una raya por cada momento que recuerdes en tu relación de pareja en los que compartir más o menos tiempo juntos, tener más o menos información sobre lo que está haciendo en cada momento, conocer sus sentimientos hacia ti y vuestra relación… NO hayan influido apenas en cómo te sentías y cómo reaccionabas. Cuanto más intensas hayan sido estas actitudes, más alejada del punto central.

En el lado derecho de la línea, pon una raya por cada momento en el que tu relación de pareja se hubiera convertido en la única fuente de seguridad, autoestima y bienestar para ti; tal es así que hubieras ido renunciando a otros aspectos antes importantes en tu vida, considerando que eran menos necesarios que aquello que servía para cuidar lo que realmente te iba a hacer feliz: mantener tu relación. También pon la raya más alejada del punto central cuanto más extremas hayan sido estas actitudes.

 

Un ejemplo podría ser:

 

 


Hablamos de dependencia emocional, cuando encontramos actitudes que están en el extremo derecho de la línea y muy alejadas del centro.

Ninguno de ambos extremos conduce al bienestar individual ni al de la pareja: ni el desapego que expresaría el extremo izquierdo, ni la dependencia emocional que representa el extremo derecho.

Un ejercicio de autoevaluación interesante consiste en poner una cruz donde creemos que está el grado de “dependencia emocional ideal”, y una segunda cruz donde creemos que estamos realmente uno mismo. Si ambas cruces están ampliamente separadas, algunos aspectos personales y de pareja merecen la pena ser trabajados. A esto, podemos añadirle el colocar distintas cruces que representen distintas relaciones de pareja que hemos podido tener durante nuestra vida. Es muy interesante ser conscientes de cómo ha variado este grado de dependencia a lo largo de nuestra vida afectiva.


 

5.      ¿TODOS PODEMOS LLEGAR A SER DEPENDIENTES EMOCIONALMENTE DE FORMA DESADAPTATIVA?


Sí, todos podemos estar en una relación de dependencia emocional. Podemos acercarnos a ese extremo en el que la mayor parte de nuestro bienestar emocional pasa a depender de otra persona. Momentos de grandes necesidades emocionales e inseguridades (que pueden surgir por distintos factores) son especialmente proclives a despertar nuestras vulnerabilidades dependientes.


 

6.      ¿QUÉ PUEDO HACER PARA TRABAJAR MIS “IMPULSOS DE DEPENDENCIA EMOCIONAL”?


No hay normas universales para trabajar la dependencia emocional. El mejor camino es conocerse bien y saber cuándo y en qué momentos se activan tus patrones dependientes, y en qué momentos eres más hábil gestionándolos. Para esto, una buena evaluación de tu personalidad y de la situación concreta que estás viviendo, por parte de un profesional de la psicología, es fundamental.

Algunas de las herramientas generales que pueden ayudarte son:

-         Demora tus necesidades hacia tu pareja.

-         Aprende a no llamar, buscar, estar con él o ella instantáneamente y en cada momento en que percibes esa necesidad.

-         Entrénate en demorar en ocasiones tus impulsos de cercanía o seguridad hacia él o ella. Así trabajarás internamente la diferencia entre “querer enormemente”, y “necesitar enormemente”.

-         No vivas a expensas de que ella o él te diga si puede o no hacer algo contigo.

-         Ten iniciativa en planes propios que harás y disfrutarás independientemente de si los haces solo o sola, en pareja o con otras personas.

-         Atiende y saborea el resto de los aspectos que existen en tu vida, fundamentalmente otras personas también importantes además de tu pareja, empezando por ti mismo o ti misma.

-         Vuelve a disfrutar de tu espacio personal, dale importancia, enriquécelo.

 

Puede que al leer este artículo te hayan surgido preguntas sobre dificultades que están afectando a tu bienestar. De inicio, no te juzgues, contar con el asesoramiento y la dirección de un psicólogo o psicóloga, te facilitara el aprender y modificar tus patrones, y mejorar tu bienestar y tu vida en pareja.

En GPM estamos especializados en el tratamiento de la dependencia emocional.

 

 

 

 

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